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La columna de J.J.Jinks: Poder

La columna de J.J.Jinks: Poder

Estos últimos días nos muestran que los medios tradicionales mantienen una cuota de poder relevante a la hora de marcar la agenda pública.

Por: JJ Jinks | Publicado: Domingo 11 de abril de 2021 a las 04:00
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Es casi un lugar común a esta altura señalar la pérdida de poder de los medios tradicionales a manos del mundo digital y en especial de las redes sociales. Son éstas las que muchas veces marcan la pauta diaria con alguna cuña maldita de alguna autoridad o la frase desafortunada de algún famoso. La inmediatez, la variedad, la interacción hacen a las redes sociales un contendor prácticamente imbatible. No obstante ello, estos últimos días nos muestran que los medios tradicionales mantienen una cuota de poder relevante a la hora de marcar la agenda pública.

Bastó que hubiese un par de artículos en el New York Times y el Washington Post sobre el incremento en los contagios en Chile pese a la mundialmente alabada campaña de vacunación para que nuestro orgullo patrio, siempre muy sensible a la opinión foránea, comenzara a temblar. Incluso hubo algunos osados diputados que envalentonados comenzaron a elevar el globo sonda de una acusación constitucional al Ministro de Salud, la que afortunadamente se desvaneció en el éter de la estulticia.

No pasaron muchos días para que otro medio tradicional agitara nuestras siempre inquietas aguas políticas locales. El tradicional ranking confeccionado por la revista Forbes sobre las variaciones anuales de las principales fortunas sacó rápidamente chispas. La noticia era que los súper ricos habían visto incrementado su patrimonio en medio de la pandemia. Miel sobre hojuelas para quienes sueñan con arreglar el mundo vía impuestos al patrimonio.

Poco importa que existan múltiples pruebas de su falta de efectividad a la hora de recaudar y por supuesto nadie quiere escuchar el tecnicismo de que el incremento patrimonial se explica fundamentalmente por el cambio del precio de las acciones que detentan los principales grupos económicos y no por flujos de dinero. La verdad es aburrida a veces. En otra variante del impacto de los medios masivos en nuestra política, está el paso de rostros televisivos a la contienda electoral.

No es casualidad que en la última elección presidencial los dos candidatos de la izquierda hayan sido los periodistas Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier y hoy quien desordena el mapa electoral en su sector es la también periodista Pamela Jiles. La diputada ha logrado con habilidad transformarse en el rostro de los retiros de las AFP, y utilizando un manual muy similar al ocupado por Trump ha buscado ser reconocida como alguien que rompe con los moldes tradicionales de la política lo que genera una fuerte adhesión en ciertos sectores de la sociedad que valoran cualquier actitud que rompa con la elite.

Esta semana la performance fue una diatriba de baja estofa contra el diputado Schalper, que si bien causó el repudio unánime del parlamento, cuesta creer que estas actitudes no le traigan beneficios con el votante desafectado que ve con buenos ojos todo lo que sea desacralizar la política.

Pamela Jiles se ha vuelto un serio problema para la política chilena. El partido Republicano se desdibujó completamente bajo el liderazgo de Trump y eso pudo ocurrir fundamentalmente porque nunca fue tomado en serio por quienes en su momento pudieron hacer algo. Viendo la experiencia americana, mi humilde consejo es que en nuestra izquierda ojalá escuchen al gran cantante mexicano Emmanuel: detenedla ya.

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